jueves, 1 de julio de 2010

Hoy fue un día más de arduo trabajo. No se si usted sabe, señor lector, lo complicado que se hace a veces ser la muerte. Si si, soy la mismisima muerte.


Puedo decir, que soy el primer trabajador. Mi jubilacion lleva el precio de varios millones de años, ya que el simple hecho de morir, existe desde que el primer ser humano piso esta divina tierra. Uh, recuerdo lo que fue ese caso. Ese hombre si que no queria morir... en el momento en que llegue para secuestrar su vida y llevarlo lejos de aca, me persiguió hasta el fin del mundo. Pobre infeliz, termino en el inframundo por pura y exclusivamente culpa suya.


Pero hoy no vine a contar como fue mi primer "cliente" (prefiero llamarlos clientes, porque después de que les saco la vida, les vendo distintos packs "life" para su próxima visita a la tierra. Hoy sólo quiero contar, el caso de Rosa, una típica mujer de barrio, que como a todos, hoy fue su gran dia de esplendor y de llamadas de atención. Creo que en este día, mucha gente que la había abandona se acordó de ella, hasta el punto de ponerse a llorar.


Ay rosita, si que me jodiste la tarde eh...


Prosigo con la anécdota...(pff, si no tendré anécdotas graciosas). A eso de las tres de la tarde de ayer, me handea mi jefe diciendo que a la doña le estaba fallando el corazón. El músculo ya estaba un poco bobo y no trabajaba del todo bien, así que me aconsejo que le preste atención a la señora. Podría decir, que toda la tarde de ayer me la pase vigilando a la vieja... creo que me perdí no se cuantos clientes por su culpa.


Hoy a la mañana el corazón decidió dejar de palpitar, dando pie a mi glamorosa entrada.


-Buenos días Rosa del Monte. Espero que estés lista para disfrutar del paraíso, como toda mujer cristiana.-


-¿Pero vos quién sos ridícula? (comienzo de la falta de respeto)


-Ehh, ¿me esta jodiendo no? Soy la muerte, por ende usted me tiene que respetar porque sino su paraíso se transforma en nueva vida y la mando a la peor reencarnación del mundo.-


-pff. ¡¡pero ni que reencarnación ni reencarnación!! yo estoy VI-VA.-


-nah nah nah nah, me parece que usted no esta entendiendo un par de cositas. Usted esta MUER-TA y yo soy la muerte, ahora tenemos que ir a mi oficina así le digo los puntos acumulados que tiene, las ofertas, etc para seguir con la "vida" de su fantasma. ok?-



Obvio que la pobre no entendía nada... se quedo callada varios minutos, mirándome con cara rara. Suspiro, se miro las manos, miro su alrededor, esa casa añejada con polvo en los estantes. Su gato maullaba en dirección a la puerta, creo que eso lo noto como una señal la señora, porque así como si nada, se paro y empezó a correr, salio de la casa y corrió hasta desaparecer de mi vista. Yo no tuve otras palabras mas que la celebre oración "la puta madre que lo parió".

A los segundos de este hecho, me llamo mi jefe furioso. Pensé que me iba a preguntar gritando "como pudiste dejar que ocurra esto" pero por suerte solo me llamo para gritarme por un par de cosas de oficina tales como "donde esta mi café" y "porque no fichaste temprano".

Después de decirle una larga lista de excusas, salí en busca de Rosita. Para ese momento ya tenia un lugar encantador a donde enviarla. A la concha de la lora. Aunque no lo crean, ese lugar existe.

Después de andar vagando por las calles, logre encontrarla. Al verla, grite "ROSA" y de inmediatamente giro su cabeza 180 grados.

-¿Cómo pude hacer eso?-

-y... ya te dije, estas MUERTA. Ahora que te encontré, ¿querés ir a mi oficina o vas a salir corriendo otra vez?-

Enmudeció nuevamente.

-¿y? ¿qué hacemos?- Mi pregunta era fácil de contestar, pero como para la idiotez no hay remedio, la mujer siguió sin contestarme.

-holaaaa... muerte llamando a Rosaaaa...-

Sin respuestas.

-¡NO QUIERO MORIR! POR FAVORRRRR!!! POR QUÉEEEEEEE!!!!-

Lo que faltaba, que empiece a patalear y a llorar en medio de la calle, por suerte nadie nos podía ver, porque ahí sí seria el final de mi carrera.


Termine convensiendola de que morir no era malo, que solo era un proceso y para continuar con esto solo tenia que comprar un pack "life".

No recuerdo como, terminamos llegando a mi oficina. Los teléfonos sonaban y se podía escuchar a las chicas del callcenter diciendo "hola buenos días, ¿de qué manera prefiere morir?".

El edificio es alto, se encuentra en el medio del olimpo y es entrada exclusiva para personal autorizado. Siempre son días soleados y la gente trabaja muy feliz.

-Podes sentarte.- Aunque no me caía muy bien, igual le ofrecí asiento.

-Gracias-

-Bueno, acá estoy leyendo tu historial, y veo que tenes dos hijos adoptivos.-

Me contesto con un si muy bajo, casi pareciendo un re.

-También veo que tenes 7 nietos en total y que tu marido murió hace varios años.. buscando más veo que la fecha de su muerte fué un 17 de octubre de... deee... 1985. Se llamabaa...- Leí el nombre y me sorprendí. -¡José! Pero este fue cliente mio.-

Nunca me voy a olvidar la expresión de odio que puso Rosa, levantó los ojos clavandolos en mi rostro, se paro y salto sobre mí. Me dio unas cuantas piñas y en el momento que yo estaba escaza de fuerzas me dio unas cuantas patadas más.

-¡Pobre José! ¡Pobre de él! Era tan bueno y vos te lo llevaste repentinamente cortando todo lo que estábamos construyendo juntos!-

Y eso repitió varias veces, mientras me golpeaba y escupía, al terminar, se tiró a llorar y preguntó que pack habia comprado su marido.

-Menos mal que paró doña. Su marido la esta pasando genial. Llevo el pack de "acá esta mejor". O sea, le dijimos de volver a la tierra y echó a reír, abrazo a sus damas de compañía y nos contó de usted, de que preferia esperar a que muera y cuando llegase ese momento hacer fiesta reencuentro.-

Creo que a Rosa no le gusto para nada la historia, ya que al terminar su compra, corrió en busca de él para golpearlo igual que a mi.

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